7 señales de que tu pasado sigue afectando tu presente (y cómo empezar a liberarte)

¿Alguna vez has sentido que reaccionas de forma exagerada y no entiendes por qué?


Tal vez una crítica te deja días dándole vueltas, o notas que, sin darte cuenta, repites los mismos errores en tus relaciones.

La verdad es que todos llevamos un “equipaje” invisible: heridas emocionales, experiencias pasadas o traumas que, si no se reconocen y sanan, acaban filtrándose en nuestra vida actual.
Y ojo: no hace falta haber vivido un evento “grave” para que esto ocurra. Muchas veces son pequeñas experiencias, repetidas una y otra vez, las que van moldeando nuestras creencias y reacciones.

En este artículo, vamos a repasar 7 señales claras de que tu pasado todavía tiene un peso en tu presente… y, lo más importante, cómo empezar a liberarte paso a paso.


1. Reacciones emocionales intensas ante situaciones pequeñas

Si una discusión sin importancia o un comentario mínimo te deja completamente alterado, puede que tu reacción no esté vinculada solo a lo que acaba de pasar, sino a algo que quedó sin resolver.

Cómo mejorarlo:

  • Respira profundamente tres veces antes de contestar.
  • Pregúntate: “¿Estoy reaccionando a esta situación o a algo más antiguo?”
  • Apunta en un cuaderno cuándo te pasa y qué lo desencadena para detectar patrones.

2. Bloqueos en tus relaciones personales

Te cuesta abrirte, confiar o expresar lo que sientes. Tal vez tu historia te enseñó que ser vulnerable no era seguro.

Cómo mejorarlo:

  • Empieza con personas de confianza y comparte algo pequeño.
  • Usa frases como: “Me cuesta decir esto, pero quiero contártelo”.
  • Si es posible, trabaja la confianza en terapia.

3. Ansiedad constante o sensación de alerta

Vives como si siempre estuvieras “en guardia”. Es el resultado de haber aprendido que el peligro puede aparecer en cualquier momento.

Cómo mejorarlo:

  • Practica respiración profunda durante 5 minutos al día.
  • Haz actividades que bajen el estrés: yoga, caminatas, meditación guiada.
  • Limita el consumo de noticias o redes que aumenten tu estado de alerta.

4. Evitación de ciertos temas, lugares o personas

Si evitas conversaciones o situaciones específicas, puede que estés huyendo de recuerdos o emociones incómodas.

Cómo mejorarlo:

  • Haz una lista de lo que evitas y reflexiona sobre la emoción que despierta.
  • Acércate poco a poco, en un entorno seguro.
  • Busca apoyo en un amigo o terapeuta.

5. Pensamientos recurrentes sobre el pasado

Revivir mentalmente lo que ocurrió, intentando cambiarlo en tu cabeza, solo te ancla más a ello.

Cómo mejorarlo:

  • Usa la técnica del “STOP”: di mentalmente “alto” y céntrate en el presente.
  • Dedica un momento del día para reflexionar y luego cambia de actividad.
  • Escribe tres cosas por las que estés agradecido hoy.

6. Autoexigencia extrema o perfeccionismo

Sientes que nunca es suficiente. Esto puede venir de buscar aprobación en entornos donde no la recibiste.

Cómo mejorarlo:

  • Fija metas realistas y celebra pequeños logros.
  • Felicítate por el esfuerzo, no solo por el resultado.
  • Introduce momentos de descanso sin sentir culpa.

7. Sensación de vacío o desconexión interna

Incluso cuando todo parece ir bien, algo dentro de ti se siente incompleto.

Cómo mejorarlo:

  • Escribe durante 10 minutos al día cómo te sientes.
  • Dedica tiempo a actividades creativas.
  • Observa qué cosas pequeñas te hacen sentir presente y repítelas más.

Conclusión: tu pasado no tiene que dictar tu futuro

Reconocer estas señales no es un motivo para culparte, sino una oportunidad para entenderte mejor. Sanar no significa olvidar, sino integrar lo vivido y dejar que pierda el control sobre tu presente.

Si te sientes identificado con varias de estas señales, existen herramientas y acompañamiento para iniciar ese proceso.
Uno de los recursos más valiosos que conocemos es el curso La Sabiduría del Trauma, del Dr. Gabor Maté. Esta formación profundiza en cómo comprender y transformar esas heridas que hoy condicionan tu vida, con un enfoque compasivo y lleno de ejemplos reales.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *